¿Quién diría que una marcha podría hacer recordar tantos momentos? ¿Quién le diría a Pablo Ojeda que esta marcha no solamente resume la Estación de Penitencia de la Hermandad de la Macarena, sino que para otras personas significa más?
Esta marcha resume, como ya he dicho, el andar de la Macarena por las calles de Sevilla cada Madrugá del Viernes Santo. La introducción representa la salida del paso de palio, cuando abandona su Basílica por unas horas. La melodía principal representa el paso de la Virgen por la calle Feria y Alameda de Hércules, despertando devoción y admiración. La repetición de la melodía, esta vez con cornetas, representa la llegada al Duque y a Campana, momento cumbre de la Madrugá. El fuerte de bajos representa la solemne entrada de la Señora en la SMI. Catedral Sevillana. La vuelta a la melodía principal representa el paso por la calle Argote de Molina, conocida popularmente como la Cuesta del Bacalao. El trío, dividido en tres partes, representa el saludo a la Anunciación (saxos), a las Hermanitas de la Cruz (flautas) y a San Juan de la Palma (trompetas). El final es una explosión de júbilo que representa la llegada al barrio, desde la calle Parras hasta que vuelve a entrar en su Basílica.
Pero para mi, personalmente, esta marcha representa algo más. Ese año 2011, en los que pudimos escucharla dos veces en la recogida de la Virgen de la Entrega, en la recogida de la Piedad; este pasado año también en diversas ocasiones (Entrega en Carrera Oficial, recogida del Nazareno), en las glorias. Y por eso se la quiero dedicar a un amigo mío que siempre ha estado conmigo cada vez que sonaba esta grandiosa marcha. Va por ti.
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